La PERIOSTITIS TIBIAL es una de las lesiones más comunes en un corredor. Una pequeña molestia en la cara anterior de la tibia, que con el paso del tiempo se va agudizando hasta que esa molestia se convierte en un dolor que puede llegar a doler incluso cuando caminas. De hecho, en algún caso se puede producir incluso una fractura por estrés, aunque no debemos alarmarnos si nos cuidamos mínimamente y nos ponemos en manos de algún experto.
La lesión es una inflamación del PERIOSTIO, una membrana que recubre la tibia. La vibración que se produce cuando nuestro pie impacta en el suelo, hace que los músculos implicados “rocen” sobre el hueso lo que nos lleva a dicha inflamación. Los motivos pueden ser varios y van desde unas zapas en mal estado, como una técnica de carrera muy deficiente. También el correr sobre superficies irregulares puede hacer que asome la lesión. Lo más probable sea que la lesión aparezca tras un incremento del volumen de entrenamiento demasiado rápido. Si corres 3 veces por semana unos 7 kilómetros, y de un día para otro pasas a hacerlo 6 días y en lugar de 7 kilómetros haces 12 o 15, seguro que te lesionarás. He exagerado un poco para que veáis a que nos referimos con aumentar el volumen demasiado rápido. El proceso ha de ser progresivo, de entre un 15 y un 20% de aumento de una semana a otra.
En la actualidad existen perneras o calcetines que nos ayudarán a combatir esas molestias, siendo específicos para la periostitis, pero no nos engañemos. Si la lesión está ahí, lo primero que tendremos que hacer es parar. Si seguimos castigando la zona con más entrenos, podemos agravar el problema e incluso hacerlo crónico. Además, como nos dolerá al correr, modificaremos inconscientemente la pisada, provocando posiblemente otros problemas en tobillos, cadera, talones, etc.
El tratamiento pasa por echar un ojo al estado de nuestras zapatillas. ¿Conservan las propiedades de amortiguación? (en otro artículo hablaremos sobre cuando debemos renovar nuestras zapas), ¿Son adecuadas para nuestras constitución corporal? ¿Son las idóneas para el terreno por el que corremos?
La aplicación de hielo en la zona, así como el masaje acompañado de una pomada antiinflamatoria ayudará a aliviar el dolor, pero la visita al fisioterapeuta o al médico debe ser obligada. Posiblemente el fisioterapeuta podrá ver si la lesión viene además de un problema de descompensación, o viene provocada por otro problema. Él nos dirá el grado de la lesión y si es recomendable parar nuestra actividad deportiva o si por el contrario podemos seguir corriendo con la ayuda de unos calcetines compresivos para mitigar los efectos de la periostitis.