Una de las lesiones más molestas y de las más difíciles de tratar para un corredor tal vez sea la fascitis plantar. Un dolor muy molesto en la zona del talón, en la planta del pie, que sobre todo hace acto de presencia cuando nos levantamos por la mañana o cuando estamos un rato sentados y empezamos a andar.
Al levantarnos por la mañana parece que pisamos cristales en el suelo, y los primeros pasos desde la cama al pasillo son un drama. El causante de este dolor es la inflamación de la «fascia plantar», un tejido tendinoso grueso que va desde el talón hasta conectar los dedos. Las causas pueden ser varias, pero las más comunes son una mala pisada, calzado inadecuado o incluso exceso de peso.
En ocasiones se puede confundir con un «espolón calcáneo», pero una simple radiografía puede sacarnos de dudas. En cuanto al tratamiento, lo habitual serán sesiones de fisioterapia, estiramientos y reposo. Algo que también funciona bien son los ejercicios con un pelota de tenis. En ocasiones se pueden utilizar vendajes que ayuden a eliminar la tensión plantar media y que se tienen que dejar unos dos o tres días.
Para los corredores, lo peor de todo es que durante todo el tiempo que se requiere para la recuperación, no podrán correr con normalidad. Muchos runners utilizan la elíptica ya que con ella no hay impacto y pueden mantener medianamente un poco la forma física con unos gestos similares a los que sería la carrera a pie.