Porqué recibe este nombre este músculo? Para saberlo, vamos a analizar y saber un poco mas de él, donde se origina e inserta y que función tiene.
El músculo iliopsoas o psoas-ilíaco es un músculo que se encuentra en la cavidad abdominal y en la parte anterior del muslo. Es uno de los músculos más potentes del cuerpo, el principal flexor del muslo y el más potente de los músculos flexores de la cadera. El iliopsoas es también un músculo postural, activo durante la bipedestación, manteniendo lordosis lumbar normal y resistiendo la hiperextensión de la articulación coxal. Es el único músculo que conecta la columna vertebral (las cinco vértebras lumbares) con las piernas, el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar. Un psoas sano estabiliza la columna vertebral y proporciona apoyo a través del tronco, formando además un buen estante para los órganos abdominales, y transfiere el peso de arriba abajo, transmitiendo flujos energéticos en ambas direcciones.
Es un músculo vital en todo movimiento que implique equilibrio, rotación del tronco y de las piernas y en definitiva, cualquier movimiento general del cuerpo. Si este músculo se usa constantemente para corregir la estabilidad interna, al cabo del tiempo puede empezar a perder flexibilidad y a acortarse de forma crónica, provocará que otros músculos del abdomen y de la espalda se vean obligados a compensar el equilibrio y empiecen de esta manera todo un proceso de adaptación. Estos trastornos provocarán, a la larga, lesiones crónicas en la espalda, cadera, rodillas o pies.
El psoas desempeña un importante rol en relación con los riñones, corazón y diafragma torácico. Forma parte de uno de los mayores complejos musculares del cuerpo, y en la mayoría de los casos de desequilibrio muscular desempeña una función clave. «Sede del alma» o «músculo del alma”, son algunas de las expresiones de respeto empleadas para denominarlo sobre todo en la cultura oriental. Todas ellas señalan el fuerte impacto de este músculo sobre nuestra estructura, órganos y el estado energético de nuestro ser. El psoas es importante para nuestra salud, vitalidad y bienestar emocional.
Está constituido por dos porciones: una parte larga medial, el psoas, y una parte ancha lateral, el ilíaco. El músculo iliopsoas es muy importante a nivel patológico. Otro detalle importante es que forma el suelo del triángulo de Scarpa.
Superiormente se inserta en los cuerpo de la última vértebra dorsal y de las cinco primeras lumbares. Inferiormente se inserta en el trocánter menor del fémur.
Por contra, su origen reside en las caras vertebrales lumbares y en las caras anteriores y apófisis transversas y discos intervertebrales de la última vértebra dorsal y quinta lumbar. La parte ilíaca se origina en la cara interna de la dos ilíaca
PSOAS ACORTADO
El acortamiento del psoas provoca una tensión de las vértebras hacia abajo ocasionando una presión discal y una hiperlordosis lumbar. Este problema puede ocasionar a largo plazo dolor lumbar, pinzamientos, tensión en la fosa iliaca y en el muslo.
Otra de las razones que provoca el acortamiento de este músculo es el pasar muchas horas sentadas: personas que tienen trabajo en oficina, conductores, estudiantes, etc. Si a esto le sumamos una postura incorrecta por el uso del ordenador o por no utilizar un asiento inadecuado el efecto se multiplica.
Una de las cualidades de este músculo es que se acorta cuando esta relajado y se alarga mientras está trabajando, al contrario que la mayor parte de la musculatura. Este es el motivo por el que surge un acortamiento en el caso de las personas sedentarias. En el ámbito deportivo los ciclistas, practicantes de spinning, escalada, triatlón, futbol, etc. son los deportistas que más incidencia tienen a este nivel, esto se debe principalmente al movimiento de flexión constante.
Por otro lado, un psoas tenso manda señales de tensión al sistema nervioso, interfiere en el movimiento de los fluidos y afecta a la respiración diafragmática. De hecho, el psoas está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando está tensionado de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico. Esta situación se ve agravada por la forma de sentarnos o por las posturas de nuestros hábitos diarios, que reducen nuestros movimientos naturales y constriñen aún más el músculo.
COMPONENTE EMOCIONAL
Algunos estudios recientes consideran además al psoas, un órgano de percepción compuesto por tejido bio-inteligente que encarna, literalmente, nuestro deseo más profundo de supervivencia y de florecer. Es decir, es el mensajero primario del sistema nervioso central, por lo que es considerado también como un portavoz de emociones (“de las mariposas en la tripa”). Esto es debido a que el psoas está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo o fascia, por lo se ve afectado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo.
Con un abdomen habitualmente en tensión y comprimido, una vitalidad disminuida y una respiración alterada, es comprensible que el psoas conlleve alteraciones emocionales ya que un estilo de vida acelerado y el stress generan adrenalina que crónicamente tensan el psoas, preparándolo para correr, entrar en acción o encogerse para protegernos. Si constantemente mantenemos el psoas en tensión debido al stress, con el tiempo comienza a acortarse y a endurecerse. Se dificultará así nuestra postura y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen, dando lugar a dolores de espalda, ciáticas, problemas de disco, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o problemas digestivos. Igualmente, la sensación permanente de inseguridad que algunas personas experimentan puede estar directamente conectada con el sobreesfuerzo continuo por mantener el equilibrio del esqueleto.
Por otro lado, un psoas tenso manda señales de tensión al sistema nervioso, interfiere en el movimiento de los fluidos y afecta a la respiración diafragmática. De hecho, el psoas está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando está tensionado de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico. Éste está íntimamente conectado con la ancestral reacción de “lucha-huida” que permite a los animales defenderse en una situación de peligro, cuando deben enfrentarse a un agente externo. Esta situación se ve agravada por la forma de sentarnos o por las posturas de nuestros hábitos diarios, que reducen nuestros movimientos naturales y constriñen aún más el músculo. Si nos sentimos agresivos a menudo, y sin razón aparente, es posible que el psoas tenga mucho que ver.
Un estilo de vida acelerado y el stress generan adrenalina que crónicamente tensan el psoas, preparándolo para correr, entrar en acción o encogerse para protegernos. Si constantemente mantenemos el psoas en tensión debido al stress, con el tiempo comienza a acortarse y a endurecerse. Se dificultará así nuestra postura y las funciones de los órganos que habitan en el abdomen, dando lugar a dolores de espalda, ciáticas, problemas de disco, degeneración de la cadera, menstruaciones dolorosas o problemas digestivos.
Un psoas liberado permite alargar mucho más la parte delantera de los muslos y permite a las piernas y la pelvis moverse con mayor fluidez e independencia. Mejora la posición de la columna y de todo el torso, con la consecuente repercusión en la mejora de las funciones de los órganos abdominales, en la respiración y en el corazón. Cuando cultivamos la salud de nuestro psoas se reavivan nuestras energías vitales y conectamos de nuevo con nuestro potencial creativo.
El psoas sería como un órgano de canalización de la energía, un núcleo que nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis. Así, la columna vertebral se alarga y a través de ella, puede fluir toda nuestra vitalidad.
Sea o no, el músculo vital y del alma, como algunos de estos estudios lo denominan, tener un posas liberado es síntoma de bienestar y salud de tu columna vertebral y de tu articulación coxo femoral.
CUERPO LIBERADO, CUERPO PREPARADO.